En 1972, durante la reconstrucción de la Torre Julia de la iglesia de
Santa María la Mayor, de Trujillo, Cáceres, el cantero Antonio Serván se tomó
la licencia de tallar el escudo del Athletic de Bilbao, su club de fútbol
favorito, en uno de sus capiteles. Este hecho desató una polémica que a
punto estuvo de llevar a la cárcel al forofo cantero.
Al parecer, tanto el director técnico de la obra como el arquitecto,
también seguidor del club bilbaíno, habían dado su visto bueno a esta
iniciativa. La única condición que le pusieron al cantero era que no
repitiese los motivos heráldicos de los 52 capiteles de la torre, como
era tradición en el Románico. A mi me parece bien ya que el resultado es que los turistas conocen mucho mejor la historia de la torre
y se molestan en buscar el escudo, siendo visita inexcusable, sobre
todo para los aficionados vizcaínos.